Felix Lorenzo Cachazo comenzó pronto a trabajar en una antigua bodega subterránea de Pozaldez, donde daba vida a los antiguos “amontillados”.

Poco queda ya de aquellos vinos, tan duros y especiales, pero sin olvidar que han sido la semilla de los modernos y exitosos verdejos de la actualidad.

Félix fue uno de los “inventores” de ese cambio, que supuso la salvación de la uva Verdejo, por aquel entonces condenada a su desaparición.