El proceso de crianza en barrica para vinos rosados contado por Maite Ruiz

En SIRABIS, siempre estamos atentos a las historias que transforman el mundo del vino, y una de ellas es la de Maite Ruiz, quien apadrina una viña en el Bierzo.

A través de su blog, Maite nos comparte cada paso de su proceso en la creación de un vino rosado de Mencía con crianza en barrica, un enfoque que nos ha fascinado por su innovación y delicadeza.

Aunque la crianza en barrica para rosados no es una técnica común, Maite nos muestra cómo esta idea se inspira en los tradicionales vinos de la Borgoña, que buscan extraer la elegancia de las uvas tintas, pero manteniendo una frescura y ligereza que caracteriza a los mejores rosados.

El primer análisis del vino de Maite

Con la fermentación finalizada, Maite se pone en contacto con Julio, el propietario de la bodega 13 Viñas, quien se encarga de las viñas apadrinadas por ella en el Bierzo.

Juntos revisan el proceso y, tras extraer el vino de las barricas, Julio realiza el primer análisis.

A través de mensajes, fotos y videos, Maite sigue el proceso de cerca. Julio nos cuenta: "La fermentación está completa en ambas barricas". Al medir la densidad, observan que está en 990 g/L, lo que indica que las levaduras han consumido la mayoría de los azúcares fermentables, un resultado característico de los vinos blancos.

El vino, con un color muy claro y casi transparente, comienza a mostrar la frescura que Maite buscaba. Tras probarlo, Julio comparte sus impresiones: "Es un vino seco, ligero y suave, muy similar a un champenoise, ideal para disfrutar bien fresco".

Aunque el vino empieza a tomar forma, aún queda por decidir si necesita más extracción o si la delicadeza actual es lo que se busca.

vino mencia-maite-ruiz

La decisión de trabajar con las lías

Uno de los aspectos más interesantes del proceso de Maite es la decisión de trabajar con las lías, esos restos de levaduras y compuestos que quedan tras la fermentación.

Las lías pueden aportar una textura sedosa, mayor volumen en boca y complejidad aromática, con notas que recuerdan a panadería, frutos secos o incluso mantequilla.

Siguiendo esta filosofía, Maite y Julio deciden dejar una de las barricas sin trasegar y rellenarla con el vino de la otra barrica para evitar la presencia de oxígeno.

De esta forma, el vino puede reposar tranquilamente con sus lías y extraer todo su potencial.

Julio, quien está al frente de todo el trabajo en la bodega, utiliza la técnica del "batonnage", un proceso de agitación suave de las lías para asegurarse de que estén en contacto con el vino.

Con un movimiento circular de la varilla metálica, Julio pone las lías en suspensión sin incorporar oxígeno, lo que garantiza que el vino se mantenga protegido de posibles oxidaciones.

El cambio en el vino

Tras realizar el batonnage, Julio le envía una foto a Maite, mostrándole cómo ha cambiado el vino.

La turbidez es ahora más evidente, lo que es un signo de que las lías están activas. Aunque el aroma puede parecer algo reductivo y terroso en este momento, Maite sabe que esto es parte del proceso de evolución del vino.

"Con el tiempo, esta turbidez desaparecerá y el vino se transformará, adquiriendo la textura y complejidad que buscamos", dice Maite con optimismo.

Este proceso de evolución es una de las cosas que más fascina a Maite. Aunque no puede estar físicamente en la bodega para ver cada detalle, sigue de cerca cada etapa a través de las actualizaciones de Julio.

Como ella misma dice, la espera es larga y llena de incertidumbre, pero la paciencia es crucial para lograr un vino excepcional.

Decisiones importantes en la bodega

En cuanto al resto del vino de la segunda barrica, que equivale a unos 70 litros, Julio decide trasegarlo a un depósito de acero inoxidable.

Al vaciar la barrica, se observan los restos de las levaduras, que tienen una textura similar a un fango suave y húmedo.

En este caso, Maite y Julio deciden no utilizar estas lías para este vino, ya que buscan mantener un perfil más fresco y frutal.

Este vino se queda en el depósito, y dependiendo de su evolución, podría utilizarse más adelante para rellenar la barrica o para mezclarlo, siempre en busca de la mejor expresión de lo que Maite está buscando con este rosado.

Cada decisión es importante, y aunque parece un detalle pequeño, puede influir profundamente en la personalidad final del vino.

turbidez del vino

La paciencia en el proceso de vino

Cada día que pasa, el vino en la bodega continúa evolucionando, y aunque Maite no está allí para verlo en persona, sigue confiando en el proceso y en las decisiones que Julio toma.

"No te preocupes, Maite, el vino está en buenas manos y pronto te mandaré algunas botellas para que lo pruebes", le asegura Julio, lo que le da a Maite la tranquilidad de que está en el camino correcto.

Ella sabe que, al igual que en la vida, en el vino la paciencia es esencial para descubrir lo que realmente se busca.

¿Quieres descubrir con más detalle como fue todo el proceso?

Revisa el artículo original de Maite Ruiz "Crianza con las lias y batonnage"

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Luis Fernando Santiago

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